Facundo Morales facu_des@hotmail.com
Faltan pocos días para que arranque después de los Juegos Olímpicos, el segundo evento deportivo más importante del mundo: La Copa Mundial de Fútbol. En donde las 32 Seleccionas nacionales que clasificaron en una ardua etapa de eliminatorias, dividida por continentes. Dejaran la vida por levantar la Copa del mundo, esa que levantaron genios del futbol mundial, de la talla de Diego Maradona, Pele, Franz Beckenbauer y Zinedine Zidane.
La Selección Argentina debutara el doce de junio contra Nigeria, en las instalaciones del Ellis Park. El cual se encuentra en Johannesburgo, la ciudad más grande y poblada de Sudáfrica. Este estadio fue fiel testigo de un acontecimiento histórico sudafricano, la obtención del Campeonato Mundial de rugby de 1995, en donde los africanos se impusieron en la final al combinado de Nueva Zelanda. Pero este no fue solo un triunfo deportivo, significo la unión de una nación. La cual se encontró mucho tiempo dividida por cuestiones raciales, en aquellas épocas del Apartheid.
Los actos raciales siempre existieron en Sudáfrica, en donde conviven habitantes nativos y los descendiste de los colonizadores europeos: los Afrikáners. Pero el máximo acto de segregación racial nación en 1948, cuando el Apartheid tomo forma jurídica. Este sistema clasificaba a cada individuo por su color de piel en grupos: blancos, negros, indios y mestizos. En el libro el Factor Humano de John Carlin, cuenta que un habitante podía pedir al gobierno cambiar de categoría, pero para eso tenían que realizar un examen. En cual para pasar a la categoría superior era escasa la oportunidad de aprobar. En cambio un mestizo tenía grandes posibilidades de pasar a ser un indígena, esto generalmente sucedía para formar matrimonios.
Nelson Mandela asumió la presidencia de Sudáfrica en 1994, con el objetivó principal de unificar la nación. Ese siempre fue se máximo anhelo, aquel que lo mantuvo vivo durante los 27 años que estuvo en prisión. Los primero años en Rhode Island le sirvieron para conocer a sus enemigos, para luego ganar su confianza. Primero logrando visitas secretas con el entonces presidente Afrikáners Frederick de Klerck, para luego ser puesto en libertad en 1990.
El rugby era el deporte predilecto de la sociedad Afrikáners, por ende los negros detestaban dicho deporte. A tal punto que en los estadios festejaban los puntos de los rivales. Mandela utilizo el rugby como nexo para entablar relación con los guardias y jefes de la cárcel y le funciono de maravilla. Y pensó que lo mismo sucedería con el resto de los habitantes sudafricanos, tampoco estuvo errado. Meses previos al mundial, Los Springboks realizaron visitas a los largo del país, enseñando reglas y formas de juego a la Sudáfrica negra. Quienes terminaron festejando a la par de los blancos el triunfo de la Copa Mundial.
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